fbpx

La nariz es una estructura compleja altamente especializada para la función respiratoria, no obstante, el paso del aire a través de ella es controlado por la participación de diversos factores anatómicos.

Durante los miles de años de evolución, la nariz se ha modificado para adecuar la forma a la función; desarrollando una pirámide nasal externa y una nariz interna con dos fosas nasales separadas por el septum o tabique nasal, de modo que funciona como dos resistores.

Estas dos cavidades cuentan con válvulas dinámicas internas llamadas cornetes, los cuales se congestionan y descongestionan controlados por reflejos de un sistema autónomo, a lo cual se le conoce como el “CICLO NASAL”. Esto ocasiona que, aun cuando nuestro tabique nasal central no esté desviado, sólo respiremos por una fosa nasal, asimismo, pasado el tiempo o cambiando de posición al acostarnos, también cambia la fosa nasal por la cual estamos respirando.

Cabe señalar que si bien, esta condición no ocurre en todas las personas, es completamente normal en el proceso respiratorio.